La profesora Raquel Pérez Henríquez, miembro fundador de la Universidad de Margarita será la epónimo de las Promociones XXXIX y XL del Alma Mater del Caribe.

La Dra. Pérez ha estado ligada a la educación de forma loable y humanista, es profesora de Historia y Ciencias Sociales, con Maestría en Administración de la Educación y Doctorado en Historia. Su desempeño profesional y laboral, siempre estuvo enmarcado en el área de la educación universitaria, realizando una destacada labor en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Tras su designación como epónimo por parte del Consejo Superior, el equipo de prensa universitaria conversó con la docente y en un amable diálogo recordó los inicios de la Universidad y aseguró que, "UNIMAR rebasó cualquiera de nuestras expectativas iniciales, tomando en cuenta que éramos un grupo que sobrepasaba el medio siglo en edad, jubilados, con mucha experiencia docente, pero toda desarrollada en el sector público. Nos tocó trabajar duro, aprendiendo sobre la marcha y hoy la universidad nos sobrepasó, forma parte importante de la comunidad neoespartana".

Ante el creciente desarrollo de las nuevas tecnologías y el uso de la educación virtual, la universidad tradicional enfrenta grandes retos.

Sin embargo, la Profa. Pérez Henríquez considera que hay que seguir adaptándose a los cambios, "estimular el desarrollo de principios morales y fomentar en sus alumnos la creatividad, la colaboración y el compromiso social con su comunidad".

Tomando en cuenta su amplia experiencia como docente, dijo que "es difícil compartir enseñanzas con los estudiantes de hoy, ya que les ha tocado formarse en uno de los peores momentos de nuestro país. Comprendo que fui una privilegiada, que tuve la oportunidad de estudiar lo que quería e incorporarme al trabajo en las condiciones ideales de un país en democracia. Solo podría infundirles mucho ánimo para que con los conocimientos adquiridos y sus espíritus combativos, contribuyan a la recuperación de nuestro país y podamos estar en armonía, paz y mejor convivencia".

Señaló que conserva anécdotas divertidas y de mucho aprendizaje de los primeros años de la construcción de UNIMAR. Por su profundo significado, recuerda al primer estudiante que se inscribió. "Cuando el salía, después de formalizar su inscripción, le preguntó a Pedro Augusto dónde iba a recibir las clases. Pedro señaló el patio casi vacío, donde estaba empezando la construcción y el chico se fue conforme. Ese fue un acto de confianza y fe que no podíamos defraudar. Fue una lección de vida".

Para finalizar, agregó que el nombramiento como epónimo representa una valiosa oportunidad para agradecer a toda la comunidad unimarista, a los miembros fundadores en especial "esta convivencia tan cercana nos ha convertido en familia, a su lado he crecido en conocimiento y valores humanos". (Manuel Castellano Corcida)